Organización y represión

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Élida describe los comienzos de la organización social y protesta, y relata uno de los primeros episodios de violencia que sucedió en su cantón.

Testimoniante:

Transcription

La primera manifestación que yo participé fue… después de la masacre del 30 de julio… de los estudiantes, de los estudiantes que asesinaron. Yo fui como en octubre, ya después a esta primera marcha adonde fue, Fernando, también, fue a esta marcha y mi esposo y muchos más que también participaron, fuimos a esta marcha y pues a mí me gustó, también, porque era repudiando, esa masacre que había habido de los estudiantes universitarios, que creo que fue como en el '75, no recuerdo qué fecha tan exacta, pero que sí fuimos a esta marcha, y eso fue lo que nos llevó a ir paso a paso a concientizarnos de que era importante la lucha aquí en El Salvador, por lo que nosotros vivíamos: la explotación, cuando íbamos a los cortes de café, como les digo no había tierras para trabajar, también una guardia muy represiva que había en ese tiempo, entonces todo eso nos hizo organizarnos y empezar a luchar y empezar a hacer manifestaciones en diferentes lugares. Como les digo, íbamos a Las Vueltas, a Cancasque, aquí a Arcatao venían de allá, aquí, luego iban a nuestra comunidad y de allí, fue donde ya, depende de que nosotros en el caserío Los Rivera, fuimos los primeros que salimos de ese lugar, porque como hubo una manifestación ahí, después de la guerra del '69, quedó ejército en este lugar de Patamera y estaban muy cerca de nuestro caserío, entonces, cuando ellos escucharon eso llegaron a nuestras casas y nos, persiguieron, pues, más que todo a los hombres, iniciaron con los hombres después ya las mujeres, también, nos iban a sacar en la noche de las casas y este, bueno, después de eso, bueno violaron también a una mujer que tenía un mes de haber tenido su bebé, el teniente Gallegos. Y, luego después en esa misma noche, bueno nos reunió a todas las mujeres de ese caserío en una sola casa y… bueno nos amenazó a mi mamá y, a la mamá de Rosa, a la que han exhumado ahorita… y a otra hermana de Rosa, también las tuvieron allí, bueno a mí me dijeron: “vaya a cuidar a este niño,” me lo dieron, yo me fui a cuidarlo ahí a una casa, en la que estaba Tomasita que había tenido dos gemelos, también, y este...estaba ella recién que había abortado, porque eran abortos que había tenido los gemelitos. Me mandaron a cuidarla a ella y él quedó, el teniente con los soldados, ahí, con las otras señoras, que a una, la esposa de un tío mío, la agarraba del pelo y la restregaba hacia abajo y le ponía cigarros en la cara para que… le decía: “gritá qué viva orden!” y le decía ella: “qué viva orden!” suavecito, “gritá más duro!” y entonces ella gritaba más duro, verdad, con la represión que le estaba haciendo él.