La guinda de mayo

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Walter recuerda la Guinda de Mayo siendo él combatiente guerrillero y cómo sobrevivió con sus compañeros.

Testimoniante:

Transcription

Pues sí en el operativo, en la invasión de mayo, fue que transportaron la tropa a El Portillo, aquí arriba; nosotros estábamos en otra altura más allá, como armados nosotros ya verdad. Ahí nos mantuvimos ocho días, después ellos se acercaron y no podían, no pasaban donde querían porque nosotros, en eso momento no teníamos fuerza, éramos unos pocos los que andábamos. Pues a los ocho días salimos de ahí verdad, de esa altura ya de Gualcimaca. Ahí estuvimos ocho días, ya de ahí nos fuimos retirando poco a poco hasta que llegamos a Patamera, y de ahí bajamos al Junquillo y le pegamos a Los Albertos. Porque ellos siempre, ellos como eran bastante, quién se componía con ellos? Mayormente vinieron a (?) ese cañón noventa, nosotros no lo conocíamos, eh, ya cuando caían delgados (?) cerquita de uno, mas nos asustaba pues. De ahí bajamos a Los Albertos, puesto en Los Albertos, gastamos una noche para llegar al río de Manaquíl, ahí nos pasamos el resto del día, un día en el Manaquíl, en “El Rincón” que le dicen. Entonces de ahí salimos a las seis de la tarde y, lo más peor que no teníamos ya municiónes, cuando salió un comandante de la RN y dijo que fuera de la “F” o fuera la de la RN fuera...a recibir munición. Pues entonces nos dieron munición y salimos verdad, fue cuando vinimos a estar nosotros a Los Alvarenga, ahí Los Alvarenga que le dicen, allá de Nueva para acá; ya de ahí partimos a un...Cerro Grande y Nueva Trinidad, fue cuando se rompió el cerco ahí, porque ahí estaba cercado…El ejército ahí estaba pues y tenía hasta consigna para cuando uno iba emboscando, cuando ibamos de guindados ahí por una quebrada, tiraron un tiro, era la consigna para entrarle verdad y nos dieron, o sea, fuego cruzado así, nosotros en el callejón y ellos, o sea, había tropa aquí y tropa de este lado; a los dos lados. Ahí nosotros no le hacíamos caso ahí a ninguna clase, ahí solo el rumor de la balacera. Y había un filito que ahí nos podíamos...ni para atrás ni para adelante podíamos caminar, porque nos estaban disparando de una altura que estaba así de un lado. Cuando le digo a un compañero: “esos que están en esa altura son los que nos están jodiendo a nosotros, pongamos nosotros el fusil en ráfaga y tiremos”, porque la cuestión que nosotros no sabíamos cómo era el otro lado, cuando disparamos en ráfaga las dos armas que estábamos ahí verdad, no hombre nos aventamos, pero al otro lado era un barranco, íbamos a caer donde choyete así uno que era una...a esa quebrada para bajar al “Bajllo” que le dicen, ahí fue donde este hicieron...pero eso se logró romper el cerco ahí; se corrieron un grupo de soldados, del ejército verdad, y logramos pasar nosotros; pero mire eso era un vergo de gente; toda la gente de aquí del Sumpul para acá, y la gente de Cabañas ahí andaba.