Guinda de mayo

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Carlota recuerda la Guinda de Mayo de 1982 en dónde le tocó huír con una hija recién nacida.

Testimoniante:

Transcription

Fue tomada esa…todos estos puestos por los militares, fue un cerco que pusieron, y
toda la gente salió también a huir de esos puestos, de Patamera, todo eso.

[¿Y usted dónde estaba?]

Yo ahí estaba, en un lugar que le dicen Rama Caída.

[¿Qué se recuerda de esos días?]

Yo en ese tiempo tenía una niña tierna, tiernita, en esos días la había tenido. Y como a los tres meses de haber tenido yo a esa niña, fue esa guinda. Y así me tocó andar guindeando junto con la niña
tierna. Ya se tomaron, verdad, todo ese trayecto, todo estos puestos aquí era
lleno de militares, no se hallaba para dónde salir. Y uno por las quebradas,
aguantando hambre. Nosotros esa vez, como a los doce días, vinimos a probar un
pedacito de tortilla, ya habíamos nosotros andado un montón de días. Y criando
uno, qué leche va a juntar uno? Y tenían que llorar los niños. Ya ve, los
compas lo que hacían, darles un pedacito de pastilla a los niños para que se
durmieran. Y qué? y más lloraban cuando se sentían mal, de seguro verdad? más
lloraban los niños. Y los niños más grandes, le decían a las mamás que ellos
chicha no querían, ellos lo que querían era tortilla, les decían los cipotillos
más grandes, los que ya podían platicar. Y siempre les daban chicha. Les daban
chicha pa’ que no lloraran, y ellos les pedían tortilla. Tortilla les pedían
ellos. Y yo, en ese tiempo, cuando fue ya la noche que salíamos así, quedé yo
solo con mi esposo. Entonces nosotros caminábamos en la noche, yo con la niña
tierna, y aquí yo bien me recuerdo, que aquí por el lado del Sitio estaba
un…habían soldados. Y nosotros, en la noche caminábamos, y mi esposo en el día
salía a explorar por dónde íbamos a pasar en la noche. En el día salía él
solito, salía a explorar para ver dónde íbamos a pasar. Porque la idea de él
era, pasarme a mi aquí para Honduras, para el local que le conté, para ahí me
pasó él. Porque como ya no aguantábamos con la niña tierna, y (¿?) se nos muere, porque
él de la aflicción le apretó la boca tantito, y la nariz, y la niña se le murió
un rato. Entonces y yo hallaba extraño que él no me la daba para yo darle
chicha. Eso fue como a las ocho de la noche que ahogo la niña él, y vino a
recordar la niña como a las tres de la mañana, ya él me dijo que le diera de
mamar a la niña, verdad, y yo extrañada porque la niña no había llorado.
Entonces, vaya dije yo, ya recordó, yo pensaba que dormida era que andaba, y
era porque él la había ahogado de la aflicción para que no nos hallaran los
soldados, verdad, pero la niña vivió y hoy es una gran mujerona.