La vida en el campamento de refugiados de Mesa Grande
Élida relata cómo estaban organizados los refugiados en el campamento de Mesa Grande Honduras. Relata que retornó a Arcatao.
Abordando los derechos humanos tras la tragedia humana
Las poblaciones desplazadas, enfrentadas a enorme violencia, debían tomar difíciles decisiones acerca de si irse de El Salvador, y cuándo volver. Algunos buscaron refugio en otras zonas del país; otros se exiliaron o procuraron obtener asilo en países de todo el mundo. Muchos cruzaron la frontera a Honduras, donde eventualmente se concentraron en el campamento de refugiados de Mesa Grande creado por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Aun en los campamentos hondureños las condiciones de vida eran difíciles, y la represión por parte de los militares y fuerzas de seguridad de El Salvador y Honduras continuaban. A los refugiados no se les permitía salir de los campamentos sin escolta; algunos fueron desaparecidos o asesinados, y muchos otros murieron de enfermedades prevenibles debidas a las malas condiciones. A pesar de estas dificultades, los refugiados se organizaron, y muchos participaron en iniciativas de salud, educación y economía. Algunos refugiados decidieron volver a El Salvador solos; otros negociaron colectivamente con el gobierno para reasentarse en los últimos años de la década de 1980, a pesar de que la guerra seguía causando estragos en su país de origen.
Élida relata cómo estaban organizados los refugiados en el campamento de Mesa Grande Honduras. Relata que retornó a Arcatao.
Pedro recuerda cómo era la vida en el refugio de Mesa Grande en Honduras, y además relata cómo fue la repoblación en Guarjila.
Isabel describe lo difícil la vida cotidiana en el campamento de refugiados de Mesa Grande.