Mesa Grande y repoblación

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Pedro recuerda cómo era la vida en el refugio de Mesa Grande en Honduras, y además relata cómo fue la repoblación en Guarjila.

Testimoniante:

Transcription

En el Refugio hacían unas casitas topadas para cada familia de tabla, y el ACNUR llevaba...tenía unos...puso unos camioneros que a saber de dónde traían abasto: traía maíz, arroz, azúcar, en camiones para Mesa Grande y ahí daban la racioncita a cada familia por ejemplo…Por el nombre hacían una lista: hoy le toca a fulano de tal, a vengano, que vaya a recibir; daban papas, arroz y por último traían vacas y las aliñaban y les daban par de libras a cada uno, a cada casa, a cada persona, y traían papaya, traían… varias cositas para repartir ahí y ya después dijeron que nos íbamos a venir en retorno. Todos los que queríamos venir nos anotaban en una gran lista y cuando nos íbamos a venir, nos traían en camiones, todos en pedazos, de cama, guacales, todo lo que se ocupa en una casa. Y llegamos al Poy y ahí en el Poy va de interrogarnos los puestos de guardia, el de Honduras y el de El Salvador; pues ahí estuvimos un día, no nos dejaban pasar. De ahí nos dejaron pasar otro día a estar ahí en la aduana Salvadoreña va de decirnos preguntas y no sé qué y va. Pero que al fin, nos dejaron pasar. Pasamos allá por el desvió de Amayo; los camiones, buses que traía la gente, para la gente los buses, y los camiones para traer las cositas, camas, todas cositas de madera, nos vinimos...pasamos por Chalate, pero aquel tumbo de camiones y de buses; el primer asentamiento. Y de ahí nos venimos para Guarjila, ahí nos vinieron a bajar y gran zacatal seco y de ahí hicimos unas champitas como pudimos, ir a conseguir palos, orconsitos y tirarle zacate encima y ahí estuvimos viviendo un tiempo. Después nos hacían una casita de parales y uno le ponía piedras y hacia lodo para embarrarlas, ahí estuvimos viviendo. Después se oía la bulla que iban haber unos Acuerdos de Paz y que eso nos iba a favorecer, que una vez se dieran los Acuerdos de Paz ya no íbamos andar huyendo y no íbamos andar con miedo. Pues nosotros alegres, yo pues, alegre, que dije yo: “Pucha, si esto lo arreglaran”, ya no íbamos a andar durmiendo en el monte; pues así fue, luego se dieron los Acuerdos de Paz…