22 días sin comer
Rosa comenta que durante la guerra le tocó pasar junto con su madre 22 días sin comer.
Abordando los derechos humanos tras la tragedia humana
Durante la década de 1980 la violencia desplazó a miles de personas de sus hogares en las zonas rurales de El Salvador. La difícil experiencia les enseñó a las poblaciones rurales que los militares salvadoreños usaban la táctica de «tierra arrasada», destruyendo toda señal de vida en operativos que pretendían eliminar a posibles partidarios de la guerrilla. A la primera señal de un operativo militar inminente, comunidades enteras huían al monte con apenas los víveres que podían cargar; este proceso se conoce en El Salvador como «guindas». Aunque a veces estaban escoltadas por guerrilleros, la mayoría de las guindas estaban compuestas por individuos no combatientes, e incluían mujeres embarazadas, bebés y niños, y ancianos. Durante las guindas, los militares atacaban a civiles en matanzas cuerpo a cuerpo y con bombardeos aéreos indiscriminados. Otras víctimas se ahogaron tratando de cruzar ríos; en la infame «Masacre de Las Aradas» de 1980, unas 600 personas murieron tratando de cruzar el río Sumpul bajo el fuego de tropas salvadoreñas y hondureñas. Estas terribles experiencias a menudo duraban varios días; durante la guinda de mayo de 1982, miles de personas del área de Arcatao, Chalatenango, pasaron más de tres semanas en huida de una ofensiva militar denominado «Operación Limpieza», sufriendo enfermedades y hambre. Los militares salvadoreños mataban o capturaban a quien encontraran; esto incluía niños, quienes —según algunos sobrevivientes— fueron sustraídos por los militares y entregados a redes ilegales de adopción. Este capítulo estas experiencias de los primeros años de la guerra son relatadas por quienes las vivieron (a veces de forma repetida).
Rosa comenta que durante la guerra le tocó pasar junto con su madre 22 días sin comer.
Virginia comenta como fue la Guinda de Mayo y cómo sobrevivió junto a sus hijos.
Marta comenta cómo sobrevivió a la Guinda de Mayo, después de salir de casa junto a su familia, huyendo por los montes, durmiendo en las quebradas, y pasando hambre.
Otilia comenta que durante la Guinda de Mayo los militares asesinaron a su padre en una emboscada, mientras ella junto a su familia huían para evitar ser asesinadas también.
Aminda describe cómo escapó durante la Guinda de Mayo, cruzando el río en cayucos y trasladándose de lugar en lugar.
Gregorio relata que durante la Guinda de Mayo los militares movilizaron cerca de 14000 soldados, entre salvadoreños y hondureños; en comparación con otros operativos militares.
Berta describe su experiencia durante la Guinda de Mayo de 1982 y la masacre de civiles en el río Sumpul.
Juana narra la difícil experiencia de cruzar el río Sumpul durante la Guinda de Mayo de 1982 junto a sus cuatro hijos.
Damián describe la Masacre de La Quesera, en el departamento de San Vicente.
Edith rememora su experiencia durante la Guinda de Mayo cuando era niña, y describe lo difícil que fue encontrar comida y ver a tantos heridos alrededor de ella.
Hermelinda explica qué significa la palabra «guinda».
Santiago describe la cooperación de los ejércitos hondureño y guatemalteco en la guerra salvadoreña.