El desembarco de 1986

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Virginia relata que durante el Desembarco de 1986 los militares mataron a 7 hombres. También relata que la captura de periodistas internacionales por el ejército previno más abusos.

Testimoniante:

Transcription

Siete hombres mataron, que de allí los sacaban cuando los llevaban, por cierto, ese hijo mío que murió en un accidente sólo habían pasado Los Acuerdos de Paz, a él ya lo llevaban para matarlo, él allá por el lado de Candelaria lo fueron a soltar, cuando vino… como se llevaron los gringos, ellos fueron a denunciar y vino la orden que ya no, ya no mataran gente porque por cierto, yo vine a la casa cuando ya dijeron que ya cesaba, vine a la casa, vine a hallar un desorden, que a mí no me habían dejado pero ni una cobija, me las habían hecho pedacitos. La piedra de moler me la pedaciaron, dos molinos de esos de moler cómo habían hecho, habían hecho chingastillo; pero que allí no había una cosa para nosotros, hacer comida para los niños, pero nada. Lo habían dejado barrido. Todito, todito habían botado, los peroles que les hallaron a ellos los habían hecho apachaditos, a pura piedra. Pero que fue un desembarco tan te... que yo no deseo ya ni acordarme de ese desembarco. Pues yo si que pasó, vine a ver ¡ay! y me voy desconsolando, mejor me senté afuera, en una piedra. Qué puedo hacer aquí? yo ya, dije yo para mis hijos, si yo no tengo qué darles de comer, si todo me destruyeron. El maíz que teníamos lo regaron en un charco, todito lo fueron a regar. Sólo porque allí estaba el mentado mando hicieron eso, "¡y que te valga que no te matamos," me dijeron, "porque cabalmente ya nos vino la orden de no matarte. Pero vos sos la dueña de esta casa, aquí vivís," me dijeron. Yo no les contesté nada y me voy para allá, llevaba yo, todavía tenían los hombres allá en todos los corredores de la iglesia y llegué yo y llevaba una cumba de agua y le digo yo a un muchacho, me acuerdo, le digo yo: "¿quiere un traguito de agua?" le dije, "no, maita," me dijo, "yo ya me van a matar," me dijo, "yo no quiero agua." Y allí estaban un montón, nadie me quiso agarrar agua porque ya los iban a matar. Pero, gracias a Dios, esa delegación fue a denunciar y hasta ahí fue el cese de eso. Ya no siguieron en eso. Pero después de eso se estuvieron 22 días después del desembarco. Ahí donde estaba yo, vivía, ahí se iban a meter a bañarse, aunque no les diera lugar yo, ahí se iban a bañar, los militares. Entraban y entraban y allí se bañaban. “Así como entran los guerrilleros, así vamos a entrar nosotros," me dijeron, "y usted no tiene que decirnos nada” me decia.