El campo de refugiados de Mesa Grande y la repoblación de Arcatao

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Eduardo comenta que a él le tocó huír hacia el refugio de Mesa Grande, además relata cómo era la vida en el refugio y el proceso de repoblación.

Testimoniante:

Transcription

Nosotros salimos de allá [el campo de refugiados], después que estuvimos alla, porque cuando llegamos dormíamos en el suelo, porque como no habían tratado bien, las organizaciones, instituciones mas bien. Como le dije ACNUR, la iglesia de aquí, la iglesia de Honduras, porque era bastante gente que andaba. Primero dormíamos en el suelo, aguantábamos agua, porque no había, nos habían dado una carpetilla pero, se llovía, ligero se picaban. Entonces fue este proceso, después ya el '88-'89, ya se formó, hicieron una iglesia. Así el ACNUR y los jefes que andaban de los guerrilleros también, hicieron un trato para sacar esa gente de allá. La gente estaba sufriendo tanto y la misma gente pedía por una u otra, decidida de venir a trabajar aquí a nuestro país. A trabajar las tierras porque decían “tenemos grandes ganas de trabajar, de hacer milpas, frijolares”. Y la gente ya está acostumbrada. Allá no se hallaba sólo porque les estaban llevando las cosas y a veces llegaba el tiempo que entraban las cosas y no llegaban. ¡Había un retén que no hacía pasar las cosas que entraban al refugio, los devolvían de regreso. Entonces viendo esto, la gente trató la salida para acá [El Salvador] y se fue haciendo y salimos de allá. A los meses salía uno; Guarjila salió primero, salió un mes...en octubre. Nosotros salimos en agosto, el trece de agosto de allá; y así, de Cabañas también salieron otros en otro tiempos. No todos salían de un tiempo, si no que iban... pues nosotros nos vinimos, arreglamos todo y nos vinimos; una gran caravana y acompañados con unos hondureños que trabajaban ahí con los refugiados, vinieron a encaminarnos hasta El Poy. Vinieron los profesores. Estuve yendo también...porque a mí me pusieron de profesor de los niños [risas] de primero a enseñarles. Vino el señor, bien amigo, vino a acompañarnos en el bus en el que venía yo. Vino hasta el Poy. Dijo que iba a venir a visitarnos pero no vino.
Entonces cuándo llegamos aquí, ya en Guarjila nos estaban esperando, vinimos como en agosto fue, nos tenían comida y habían aliñado unas reses. Nos tenían comida. Y llegamos allí ¡Va de llover esa noche! ahí estuvimos tres días, después nos venimos para acá [Arcatao]. Ya cuando estábamos aquí, empezamos a hacer ranchos porque nos trajeron carpeta de unas negras, venían las camionadas de carpetas, les dában a la gente para que hicieran los ranchos y va de llover y nosotros conseguíamos palitos, amarrados los haciamos, y los poníamos los palitos así para que no nos cayera el agua, y durmiendo en el suelo y así. Y lo más grave es que a los cuatros días, cinco días, tuvimos la presencia de los soldados ahí.