Virginia relata cómo era la vida en el campamento de Mesa Grande Honduras por un corto tiempo, luego comenta que se regresó repatriada a Arcatao.
- Testimoniante:
- Virginia
Transcription
A mí me decía "váyase para Mesa Grande y no ande guindeando con ellos. Mire cómo los tiene ya, hasta anémicos estos niños". "No," les decía yo, "yo para Mesa Grande no me voy, a mí me gusta El Salvador y yo no me voy para Mesa Grande." Pero tanto me hicieron, me fui un año. El año que estuve allá, tuve internado al otro niño, un año cabalito en Santa Rosa lo tuve internado.
¿Y eso apróximadamente en qué año fue que fue a Mesa Grande?
Fíjese que yo ya el año no me acuerdo porque fue despuesito de la Guinda de Mayo que fui yo allá. Pero un año, sólo me entregaron al niño que ya me lo había curado y me vine, porque no me gustaba.
¿Cómo era la vida ahí?
Ay, no, es que no me gustaba porque yo sólo encerrada en un campamento cercado y alrededor habían soldados y allí no podía salir nadie para afuera y yo no me gustaba porque bien topaditos los cuartecitos, así, y una humacera de ocote que con eso cocinaban y con eso se alumbraban, y yo les dije yo y como un hijo que me mató el bus, después; él estaba herido y él se había ido para donde yo allá y de aquí lo habían mandado los guerrilleros que se fueran para donde mí mientras se curaba. Y yo le dije: “Mira, yo me voy a ir de vuelta para El Salvador.” “Pero está perra la guerra,” me dijo. “No importa," le dije, "pero yo allá quiero estar”. Y me vine repatriada por todo eso me vine con mis hijos, y venía él, y yo traía miedo que me lo iban a agarrar porque él venía herido, pero gracias a Dios me pedían información en todos los cuarteles que me tuvieron, pero no lo detuvieron. En Chalate estuve, me tuvieron en un… allá por La Palma me tuvieron ocho días nos tuvieron encerrada y después me vine para El Paraíso, me tuvieron otros ocho días encerrada con mis chinos.
¿Cómo era ese trato en estos cuarteles?
Es que el trato ya uno cuando venía así, porque a mí ya los militares a mi no me dieron maltrato. No. Porque en El Paraíso a la hora, a la hora, nos daban la comida pero cuando una condición: que nosotros nos quedáramos allá con ellos. Entonces, yo les dije un día: "yo aquí no voy a estar, porque yo voy para Arcatao, porque Arcatao es mi lugar y yo no..." "No se vaya," me dijeron, "porque allá hay mucha guerra, la van a matar." "Yo no soy guerrillera, yo no cargo fúsil, yo ando porque ando cuidando a mis hijos pero no soy guerrillera", les dije, y nos vinimos. Si sólo un mes teníamos de haber venido que ya por cerca de la escuela vivía yo en una casa donde está un sastre allí en la esquina. Allí viví. Sí sólo habíamos venido al mes cuando echaron el desembarco y para más ajuste, que ese desembarco, allí tenían la cocina los guerrilleros.