Lucía recuerda sus experiencias de niña asistiendo a reuniones poliíticas con sus padres, el asesinato de su madre y otras personas; y reflexiona sobre el proceso de las exhumaciones.
- Testimoniante:
- Lucía
Transcription
Pues sí, hemos tenido muchas cosas pues, que hemos visto y a la edad que tengo, siempre uno se acuerda, verdad, todo lo que ha habido desde antes. Pues sí, yo lo que me acuerdo es que cuando yo estaba pequeña, yo me acuerdo que mis papás, ellos verdad, para empezar todo este proceso, esta guerra que estaba, ellos lo que hacían es que se reunían, verdad, se reunían y bueno, uno como estaba pequeño iba también con ellos a acompañarlos, verdad. Y ya después, este, pues sí, este, hacían las reuniones, ponían como, algún jefe ahí, verdad, de la reunión para organizar a la gente. Entonces y ahí, pues sí… le hacían conciencia a la gente, verdad, que por todo esto, como iba a ser y todo y ahí fue donde se comenzó esto y de todo lo que hubo. Y ya después, a una reunión íbamos cuando, este, pues sí, verdad, estábamos esperando nosotros al que iba a hacer la reunión cuando llegaron ellos, los soldados ahí, verdad, hicieron la gran balacera. Entonces ahí fue donde ellos, verdad, hicieron la matazón allí, donde mataron esa vez a mi mamá y ya, este, pues sí, ya balearon al hermano mío también y a otros baleados que hubieron y pues sí, verdad, una muchacha también, que era la hija de la mamá que casi le volaron una nalga a la señora, verdad y la muchacha, ella, este, pues sí, ella se murió como a las diez de la noche, allí, verdad, en la casa donde estábamos. Y ya después ya, este, ellos en la noche, al siguiente día fueron a recoger todos los muertos que habían ahí y ya, medio los enterraron ahí y entonces ya ese mismo día a nosotros nos sacaron de ahí y nos llevaron para otro valle. Ya quedaron ellos ahí enterrados y a nosotros nos llevaron para otro valle. Bueno y ya, gracias a Dios que hoy verdad, ya pues sí ya a ellos los sacaron de ahí de donde estaban. Pues sí, para uno es duro, yo nunca pensé de que yo iba a ver, verdad, los restos de, así verdad, de uno mismo pues. Nunca pensé… yo decía antes, cuando se moría la gente, pues sí, como allí verdad media vez uno los entierra, no andaba viendo restos ni nada. Y esa vez que me dijeron ya los hermanos míos, que están en Las Flores, me dijeron “mirá, que, estamos en este proceso que quieren sacar los restos de mi mamá allá donde están.” Bueno, él anduvo en esas vueltas, verdad, bueno, yo cuando me dijo eso “¿y cómo así?” le dije yo, “pues sí, -me dijo- que los van a sacar”. Pues, bueno, yo me sentí contenta y algo triste porque dije yo, pues sí verdad, “Ay, no. Volver a ver –decía yo- los restos de mi mamá a todo eso”. Este, me sentí bastante triste yo, pero de allí, con alegría porque cuando tocaba de ir a los días del que iba uno a ver los muertos, verdad, para noviembre, hasta allá nos tocaba ir, desde aquí hasta allá al Cerro Grande nos tocaba que ir y por lo menos ahora, ya nos queda más cerca para ir ahí a verla. Y ya hoy contenta porque con esa, este, con esa capilla que han hecho allí ya van a estar más guardaditos ellos ahí, también