Élida relata cómo estaban organizados los refugiados en el campamento de Mesa Grande Honduras. Relata que retornó a Arcatao.
- Testimoniante:
- Élida
- Lugares:
- Mesa Grande Honduras
Transcription
¿Cómo era la vida allí, niña Elida?
Fíjese que allí, solamente, bueno… estaba organizado. Por cada champa había un coordinador, un coordinador de salud, de educación. Todo mundo tenía que hacer algo pues, no solamente estar sentado, verdad, si no que tenía que hacer algo. Si yo sabía un poquito tenía que compartirlo con otra persona. Que había unos que eran profesores, que les daban clases a otros niños que no sabían. Los que podían, tenían tercer grado, cuarto grado, eran los maestros que habían. Los mismo internacionales capacitaban a la gente para poderle dar clases a otros. Estaba la parte religiosa también de la iglesia, muy bonito también. Eh, también, estaban los guardianes de salud que yo participé en eso que me gustó, desde entonces me gustó y yo cuando vine aquí fui la promotora de salud. Entonces, trabajé de guardiana de salud. Yo iba a visitar a la gente que tenía su fiebre. Me daban termómetro para irle a tomar la temperatura, me daban charlas cada ocho días, también, con la doctora que estaba ahí que era Begoña, que algunos todavía la conocen, una española. Todavía, creo que está en el país, no sé si salió para España, pero, ella nos capacitó a los guardianes de salud en las atenciones básicas, de cómo detectar una fiebre, cómo tomarle la temperatura, cómo tratar una diarrea, ir, ahí, al puesto de salud para ir a traer los sueros para darle a la gente. Entonces, pues, yo sentía que estaba organizado. Lo único...bueno, teníamos la comida, también el repollo, y había un centro de nutrición para los niños desnutridos, también, para llevar a los niños que no tenían, sastrería. Bueno, había muchos trabajos que la gente hacía allá, pero como decíamos nosotros, aquí, no es el objetivo de estar aquí, sino que hay que seguir luchando, por eso yo me vine de regreso con el grupo de gente que venía.