La guinda de mayo

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Isabel recuerda haber cruzado el río Sumpul durante la Guinda de Mayo de 1982, durante el cual el ejército mató mucha población civil.

Testimoniante:

Transcription

Yo me encontraba en Patamera y de ahí nos han sacado así rumbo a Los Amates. Entonces estando en Los Amates dos días allá, avanzaron el ejército de allá de Chalate para acá, a llegar a San Isidro y de San Isidro llegaron a Los Amates. Entonces nosotros, así que vimos que ya la tirazón que nos estaban haciendo allí en Los Amates nos vimos obligados a tirarnos al río. Allí como está cerquita de Los Amates está El Sumpul. Ahí nos tiramos, al río. Toda la gente, mire, unos que se ahogaron. Iban sobre el agua, se ahogaban y el que podía salvarse, se salvaba. Hemos salido, sí rumbo a Santa Anita, hacía...rumbo a Manaquil. Entonces puesto allí por entre medio de Santa Anita y Manaquil se los… pues sí los, se nos perdió la niña Catalina, pues. Entonces yo me quedé allí por estarla esperando, así que no apareció, yo, con otros muchachos que me acompañaban ahí, salimos a buscarla. Dejamos a un montón de heridos que estaban allí en un quebrada con nosotros y nos hemos ido a...a buscar a la niña Catalina. Y llegamos, la hallamos allá por un lugar que le dicen Los Franco. Pues allá llegamos y la encontré por allí. Estacionamos ahí otros dos días, de ahí nos sacaron de ahí ya que nos...nos tenían en circulado el ejército. Nos han sacado de allí y nosotros hemos salido a como hemos podido rumbo aquí a Patamera, de regreso, porque nosotros así hicimos intentos para por… querernos pasar aquí por el puente Sumpul y no pudimos porque estaba tomado. Así que no pudimos, le dimos para… aquí, descoordinadamente aquí para el lado de Patamera y nosotros allí por el “Cerro Pintado” que le decimos, “Peñasco” que le decimos también. Nosotros sí nos fuimos a estacionar ahí una noche y nos agarraron a balazos con las ametralladoras… ¡topaban ahí a puros balazos! Y nosotros allí nos vimos obligados a tirarnos al, al barranco. A ver si nos salvábamos allí. Pues, allí una señora se tiró también. Esa cayó abajo y cuando nosotros oíamos que roncaba nosotros nos tirábamos para otro lado y quisimos pasar donde ella estaba, pero ella estaba inconsciente. Entonces allí se quedó ella. Apareció como a los quince días ¡llena de gusanos, mire! La cabeza… bien rajada. A los dos meses se murió.