Celestino recuerda cómo sobrevivió junto a su familia durante la Guinda de Mayo, cuando muchas personas murieron al intentar cruzar el río Sumpúl.
- Capítulos:
- Capítulo 3: Los años de las guindas
- Testimoniante:
- Celestino “Ebaristo”
Transcription
Después de eso viene la famosa Guinda de Mayo, estando ya en Patamera, mucha gente ya se nos estaba emigrando para Honduras, cuando estábamos aquí, verdad, pero íbamos. Bueno llegamos a Santa Anita, que según la idea venía la otra fuerza y nos íbamos a trasladar por el lago para el otro lado, cuando llegamos a un lugar que le decían Veragua, nos dijeron: está cercado el paso, hoy nos vamos a retroceder, cuando íbamos ya por Santa Anita, que nos íbamos a ir, así era la cosa, cuando un disparo adelantito, mire éramos tanta la gente que se empezó a sentir un ruido que parecía que era el avión que iba y la gente iba cayendo y el que ya caía no se podía parar, las bestias cargadas porque entonces se pensaba en llevar todo: una señora hasta unos gallos cargaba, una cabra, entonces y ahí, pues nosotros, llegamos al río, el río estaba empezando a llenar, logré trabarme un cipote en la nuca y el otro...la Tomasa colgada de aquí, y todos los chinos, una sola cordillera y entramos al agua y otra señora, entramos, mire ahí era doloroso, eh, para que no pudieran pasar las señoras, había una barca y la llenaron como veinticinco niños, y esa barca le dio vuelta y se fueron todos. Otra señora, cuando nosotros íbamos paso ella, decía: auxilio, auxilio y cómo soltábamos, sí íbamos con la lingada, y todavía arañando la señora con el niño, que no lo soltaba, se fue… Y saltamos al otro lado. Mire pasamos tres días para allá, ahí están, nos devolvíamos e íbamos para allá, ahí están, nos devolvíamos, por último dijeron ahí llegaron los soldados: sálvense quien pueda, eso hubiera sido antes, que hubiera sido más fácil, pero la gente mire empezó… sintió como descanso, cada quien metiéndose y empezamos nosotros a caminar.