Toribio recuerda el Desembarco de 1986, pero asegura que no estuvo presente durante ese operativo porque huyó junto a su familia para refugiarse en una cueva.
- Testimoniante:
- Toribio
Transcription
Una tarde como ahora, nos dijo la responsable, —Vaya, está programada un desembarco —dijo que no sabe qué días si, dijo, —pero yo lo que quiero —dijo, —es que bastante gente si puede buscarse sus lugares de las bases de donde estaban, se pueden retirar— dijo, —porque aquí puede haber una masacre y a saber cómo, mejor en lugar de que muramos todos, pueden irse retirando, pueden ir buscando sus lugarcitos donde vivían antes— como decir Los Planes o Patamera, porque ya se daba de que iba a haber ese desembarco aquí en el pueblo, porque ya habían informado de que aquí estaba la gente que había venido de allá, el gran gentío. Como usted sabe, que no faltan, orejas de que exhortan o hablan de que aquí estaba un vergo de gente que podían ser logrados, verdad.
Así que dijeron eso, los responsables, era la Esperanza, una que vive por ahí, era la responsable de nosotros, que andaba siempre con nosotros, por eso nos dio la retirada, dijo —los que se puedan retirar, para que se puedan defender, pueden buscar— dijo.
Nosotros en ese mismo rato que dijeron, nos fuimos, aquí por este lugar de El Sitio, para el lado de Los Planes. Pero no es que nosotros, también, nos íbamos a quedar dormir en las casas, en las bases, sino que nosotros siempre tuvimos que buscar el monte, afuera de las casas, porque en las casas buscaban… también en los montes. El día que nos fuimos no pasó nada, el siguiente día ya se oyó el rumor de helicópteros que andaban, que venía una flota de helicópteros como de seis, que venían, y nosotros allá, ni nos habíamos levantando, ahí estábamos durmiendo en un medio portillo que había.
La primera que se emboscó fue una mentada gradilla que le decían, fue la primera que embocó… porque estábamos otro señor, otra señora, la compañera y los dos cipotes, entonces les dije: levantémonos y hay que irse cuando de la vuelta esa gradilla por allá, hay que movernos aquí a meternos al monte. Como yo ya conocía ahí, todo ese pedrero del lugar donde nos fuimos a meter. Nos fuimos a meter a unas cuevas donde guardábamos granos antes de la misma guerra, porque ahí íbamos a poner barriles, graneros en unas cuevitas y ahí nos fuimos a pasar debajo de unas piedras, nos metimos donde guardábamos unos cajones de ropa y grano.
Ahí, pasaron los helicópteros, para allá y para acá a morterear y morterear y los mirábamos bien cruzar así, y nosotros ahí pidiéndole a Dios de que no nos fuera a pasar nada. Pero que, el desembarco fue aquí en el pueblo, aquí es donde estaba critico, porque aquí golpearon a los que se quedaron, hay unos que… porque ya que a la oración de ese día del desembarco llegaron todos golpeados allá, diciendo, que se iban a ir para Las Mesas y no iban a regresar.