Lidia describe su experiencia durante el desembarco de 1986 en Arcatao, y narra como la captura de dos periodistas internacionales cambió la suerte de la comundiad.
- Testimoniante:
- Lidia
Transcription
Nos metieron a un desembarco el ocho de abril, y nos mataron gente. Ahí los tiraron al desembarco, en la mera plaza. Andaban sacando a toda la gente metiéndolos a la iglesia a la gente…el Coronel Cáceres para matarla ahí, masacrar toda gente. Dijo: "yo a esta gente no ocupo ni media hora para hacerla polvo," dijo afilando un gran cuchillo allí. Allí niños y todos llorando de hambire. Nos tuvieron encerrados desde la seis de la mañana hasta las cuatro de la tarde, porque nos querían matar. Y en ese momento habla...es que habían capturado a dos internacionales. En la mañana los capturaron en el desembarco y se los llevaron para San Salvador. Y ellos hablaron a Estados Unidos, a Madison, eran de Madison, periodistas. A pues si, que a la gente civil mataban aquí; que aquí no mataban gente armada, sino que gente civil. Pues entonces les dijeron de Madison que iban a hablar para Arcatao, que se hermandaran con Arcatao, Madison. Pues se hermandó. Hasta ahí duró la represión de matar gente que agarraban. Si porque les dijeron que si seguían masacrando a la gente, la ayuda se las iban a quitar, al Gobierno. Es que Madison le daba la ayuda al Gobierno para que viniera a tirar bombas y todo, ametrallamientos, para que así pues no vinieran a tirar bombas. Con la gente civil se hacen buenos, les dijo. Desde ese tiempo está hermandada esa ciudad, con Madison. Pues esos los defendieron. Si no, los hubieran matado, porque sacaron a dos hombres a matarlos allá, al Amate fueron. A otros dos al Portillón. Y a nosotros que nos tenían a punta de fusil adentro de la iglesia… ya nos masacraban. Así como en el Mozote. En el Mozote hicieron masacre de gente civil. Masacraron gran gentío allá dentro la iglesia. Así querían hacer aquí. Pero el Coronel Cáceres, desde ese momento que habló Madison, se las peló, se fue.