Captura de 1977

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Víctor describe que en 1977 asistió a una reunión en Las Vueltas, un pueblo cercano a Arcatao, y cuando regresaba de esa reunión fue capturado.

Testimoniante:

Transcription

Entonces, el año del '77, volví a caer a otra vuelta: entonces yo venía una reunión de allá de Las Vueltas, porque siempre yo tenía la responsabilidad de llevar la reunión allá. Entonces cuando veníamos; yo venía junto a otro compañero. Estando ahí por Las Flores en la casa de un compañero que ahí nos dio comida, le dije yo: “mira, no nos vayamos en bus, vámonos a pie”, “No," me dijo, "en bus nos vamos a ir, no es problema. Allá nos bajamos en Las Crucitas,” que está aquí afuera de Arcatao. Yo no le dije nada pero yo presentía que algo nos iba a pasar. Entonces pasamos, nos subimos al bus y pasamos por Las Flores, ahí había una comandancia en la mera entrada, ahí los guardias solo se nos quedaron viendo, no bajaron a nadie, ni pararon el bus y nos vinimos. Ahí en El Zapote que está abajo de Nueva Trinidad ahí habían tres guardias de aquí de Arcatao, y cuando el bus pasó se salió uno afuera de una casa que estaba...había una tienda ahí, salió el guardia de la tienda y se quedó viendo el bus verdad, pero pasó el bus, no lo pararon. Más arribita, ahí cabalito, donde fue la emboscada donde murieron los compañeros Jesús Rojas, y la escuelita que está ahí, ahí nos alcanzó el bus; nos alcanzaron los guardias que venían a la carrera y pararon el bus: ahí se subieron y no anduvieron preguntando nada, me bajaron a mí y bajaron al otro compañero. Entonces este, nos bajaron y el bus se vino y en eso que me bajaron a mi me amarraron, me pusieron las esposas. Viene el otro, no lo habían amarrado todavía pues, pues yo, como ya uno las cosas ve uno, dice: “lo más seguro es que nos van a matar.” Yo no andaba ningún documento, la cédula a mi me la habían quitado y ya no me la dieron, dije ya: “aquí nomás que la muerte nos toca," yo empecé a correr y me corrí, pero me alcanzaron, como iba amarrado con esposas, no podía correr bien, me alcanzaron. El otro compañero cuando me iba siguiendo a mí, él tuvo la oportunidad y se fue, él se fue, entonces me agarraron otra vuelta. ¡Ah! Desde que me agarraron a patadas, pescozadas y culatazos, todo, me pegaron un culatazo por aquí, que me rompieron aquí, yo me bañé de sangre para abajo. Pero de ahí me trajeron de vuelta para aquí, a dormir en la comandancia, ahí esposado de las “patas” y de los brazos, ahí dormí, el siguiente día iba para Chalatenango, ahí me pasaron, ahí estuve tres meses en el penal de Chalate.